¿Qué está haciendo la OMI para reducir la huella del transporte marítimo?

¿Qué está haciendo la OMI para reducir la huella del transporte marítimo?

El transporte marítimo es un pilar fundamental del comercio mundial, pero también es responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que contribuyen al cambio climático.

La magnitud de esta realidad es la que, precisamente, ha impulsado una de las iniciativas más ambiciosas de los últimos tiempos. Capitaneada por la Organización Marítima Internacional (OMI), la hoja de ruta marca una serie de objetivos encaminados a reducir la huella del transporte marítimo y promover una industria más sostenible.

En 2018, la agencia especializada de las Naciones Unidas, responsable de regular el transporte marítimo internacional, planteaba unos objetivos claros:

  • Para 2030, el sector debe reducir en un 40% sus emisiones de carbono.
  • En 2050, los gases de efecto invernadero procedentes de los buques tienen que descender hasta representar sólo el 30% del total, disminuyendo un 70% el impacto ambiental.

En menos de una década

El calendario planteado por el organismo oficial nos acerca al primer objetivo. Concretamente, la industria cuenta con poco menos de 7 años para reducir en más de un tercio sus emisiones en comparación con los niveles de 2008.

Estas metas son ambiciosas, pero necesarias. Según un informe de la OMI, el transporte marítimo es responsable del 2,5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y se espera que esta cifra aumente a medida que crece el comercio mundial.

Para lograr estos objetivos, Naciones Unidas ha impulsado una serie de medidas para reducir la huella del transporte marítimo.

Un fin, varios medios

Uno de los principales enfoques ha sido la energía. La OMI ha adoptado normas internacionales para mejorar la eficiencia energética de los buques nuevos y existentes, y ha establecido un marco para evaluarla y mejorarla.

Otro enfoque importante de la OMI ha sido la promoción de combustibles alternativos y tecnologías de propulsión más limpias. De esta forma, se han adoptado normas para el uso de combustibles de bajo contenido de azufre en los buques, y está trabajando en el desarrollo de tecnologías de propulsión más limpias, como la energía eólica y la energía eléctrica.

El tercer pilar es mejorar la gestión del tráfico marítimo para reducir el consumo de combustible y, con ello, las emisiones. La organización ha adoptado un conjunto de directrices para la optimización del tráfico marítimo, y está trabajando en la promoción de sistemas de gestión de tráfico marítimo (VTS) más eficientes.

Además, la OMI está trabajando en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los puertos y terminales marítimos. La organización ha adoptado un conjunto de directrices para la gestión ambiental de los puertos y terminales, y está trabajando en la promoción de tecnologías y prácticas más limpias en los puertos y terminales.

EEDI, EEXI y CII: las tres normas internacionales

Las regulaciones EEDI, EEXI y CIII son normas internacionales adoptadas por la Organización Marítima Internacional (OMI) para mejorar la eficiencia energética de los buques y reducir su huella de carbono.

La regulación EEDI (Índice de Diseño Energético del Buque) establece un conjunto de normas para mejorar la eficiencia energética de los buques nuevos. El objetivo de la regulación es asegurar que los buques nuevos sean más eficientes en términos de combustible y energía que los buques existentes.

La regulación EEXI (Índice de Eficiencia Energética Existente del Buque) establece normas para mejorar la eficiencia energética de los buques existentes. El objetivo de la regulación es asegurar que los buques existentes sean más eficientes en términos de combustible y energía, lo que reducirá sus emisiones de gases de efecto invernadero.

La regulación CIII (Contenido de Carbono del Combustible) establece límites máximos para el contenido de carbono del combustible utilizado por los buques. El objetivo de la regulación es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo mediante la promoción del uso de combustibles más limpios y de bajo contenido de carbono.

Los desafíos ligados al cambio

Estas regulaciones son importantes para el cumplimiento de los objetivos de la OMI de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo. La implementación de estas regulaciones no solo ayudará a reducir la huella de carbono, sino que también mejorará la eficiencia energética de los buques y reducirá los costes de operación.

Sin embargo, su implementación plantea desafíos significativos para la industria del transporte marítimo. La regulación EEDI puede requerir cambios en el diseño de los buques nuevos, lo que puede aumentar los costes de construcción y retrasar la entrega de los buques.

La implementación de la regulación EEXI supone mejoras en la eficiencia energética de los buques existentes, lo que puede requerir la instalación de nuevas tecnologías y equipos. Esto también puede aumentar los costes de operación y requerir una inversión significativa por parte de los armadores.

Finalmente, la implementación de la regulación CIII puede requerir cambios en la infraestructura portuaria y de suministro de combustible para proporcionar combustibles más limpios y de bajo contenido de carbono. Esto implicará una inversión significativa por parte de los proveedores de combustible y los puertos.

A pesar de estos desafíos, la implementación de estas regulaciones es esencial para reducir la huella de carbono del transporte marítimo y cumplir con los objetivos de la OMI. Además, la adopción del planteamiento de Naciones Unidas también puede proporcionar beneficios económicos y mejorar la eficiencia energética de los buques, lo que reducirá los costes de operación a largo plazo.