¿Estamos listos para responder a las exigencias logísticas de Türkiye?

¿Estamos listos para responder a las exigencias logísticas de Türkiye?

Hace menos de un año, la recientemente bautizada como Türkiye daba a conocer su plan: convertirse en una potencia logística mundial. Con la puesta en marcha de esta estrategia, llega la hora de evaluar en qué punto se encuentra el engranaje sectorial y las exigencias que tendrá que afrontar.

A principios de mes, respondiendo a una petición formal, Naciones Unidas accedía a una solicitud inusual: cambiar el nombre de un país. Turquía pasaba así a llamarse Türkiye, presentándose al mundo con una nueva denominación que refleja “la cultura, civilización y valores del pueblo turco”.

Sin embargo, este cambio parece no afectar al plan anunciado en julio de 2021: hacer del país una potencia logística global a través del Canal de Estambul.

¿En qué punto se encuentra el tejido de Türkiye?

Actualmente, según las últimas cifras, Türkiye ocupa el puesto número 30 en el ranking de países exportadores. En datos económicos, esto se ha visto traducido en la movilización de 180.302 millones de euros en el último año.

En el otro lado de la balanza, el papel de las importaciones representa el 31,97% del PIB nacional, posicionando a Türkiye en el puesto 98, de 192 países, en el ranking de importadores.

El papel del transporte de mercancías, por tanto, resulta fundamental para mantener las previsiones de crecimiento de cara a los próximos años.

¿Cómo está la supply chain en Türkiye?

Hoy en día, Ankara y Estambul son los principales centros de exportación de mercancías por aire. Sin embargo, la cara aérea no es el fuerte del engranaje de la cadena de suministro nacional.

En este aspecto resalta el transporte terrestre, donde los puentes sobre el estrecho del Bósforo permiten salvar las dificultadas entre Anatolia y la parte europea del país. En este sentido, el 76% de los transportes se realizan por la red de 60.000 kilómetros de Türkiye.

No obstante, si hay un rey en este sector, ese es el marítimo. El 87% del comercio internacional de Turquía se realiza por mar, ya que permite enviar las mercancías por el Mediterráneo, conectando con facilidad tres continentes. Además, el país puede aprovechar las sinergias que aporta su cercanía al Canal de Suez.

Protagonista del comercio marítimo

Consciente del potencial de esta vía, hace menos de un año, el ministro de transportes de Türkiye aseguraba que su país se convertiría en una de las principales potencias logísticas del globo. A través del Canal de Estambul, el país no solo conseguirá dar empleo a medio millón de personas, también se convertirá en “protagonista del comercio marítimo”.

Los análisis detallados realizados en el marco del Plan Maestro de Logística de Turquía, que tiene como objetivo hacer de Türkiye una potencia logística global en el nuevo orden mundial, desarrollar Turquía en su conjunto y crear más empleo, también revelaron la necesidad de un corredor de transporte como ‘vía fluvial alternativa’ en la región debido al aumento de la densidad de buques y carga.

Un desafío sin precedentes

Como demuestra la estrategia planteada por la nación, la demanda de servicios desde y hacia Türkiye está alcanzando niveles muy altos. Ello ha llevado a los actores de la cadena de suministro global a buscar soluciones a la altura del reto.

El objetivo es, no solo buscar fórmulas que permitan amortiguar el impacto de los incrementos en los flujos internacionales, si no hacerlo en línea con otros retos sectoriales como son la inmediatez y la sostenibilidad.

Con ello en mente, la cadena de suministro ha sido testigo en los últimos años de la aparición de soluciones especializadas como el Producto Especial de Importación Türkiye de COTRANSA – el mas fuerte en importación marítima de la compañía -.

Puesta en marcha hace un año, esta solución – enfocada en el transporte de mercancías por vía marítima entre España y Türkiye – consigue emitir entre 5 y 7 veces menos de CO2 que su homólogo por carretera. Además, reduce los tiempos de entrega, siendo capaz de realizar el trayecto de Estambul a Valencia en 4 días.

Esto es una muestra de cómo, a pesar contar con una relación consolidada tras más de una década en el mercado turco, la flexibilidad de los operadores es un requisito imprescindible para hacer frente a la evolución del panorama internacional.

En conclusión, como demuestran los planes y el nuevo nombre del país, la única constante que se mantendrá en los próximos meses y años es el cambio. Por ello, y dada la dependencia de la actividad económica sobre el buen funcionamiento de la cadena de suministro, cada uno de los actores involucrados deberán apostar por la innovación y la adaptación.